Cuba no divulgará cifras oficiales sobre violencia machista
Una decisión que genera preocupación en activistas y defensores de derechos
La reciente confirmación por parte del Gobierno cubano de que no piensa publicar cifras oficiales sobre feminicidios ha generado un amplio debate tanto dentro como fuera de la Isla. La postura adoptada por las autoridades ha sido recibida con inquietud por organizaciones feministas independientes, que ven en esta decisión una muestra clara de la falta de transparencia institucional frente al problema de la violencia de género.
Durante una intervención en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la ministra cubana de Justicia, Oscar Silvera Martínez, declaró que no consideran como política estatal la divulgación sistemática de datos sobre feminicidios. Según dijo, la información se maneja internamente como parte de investigaciones judiciales, lo que a su juicio explica por qué no figura en las bases de datos públicos de organismos como la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Falta de datos oficiales: un obstáculo para las soluciones reales
El anuncio oficial contradice una de las peticiones más reiteradas por parte de colectivos de mujeres y defensoras de derechos humanos: la necesidad urgente de contar con estadísticas claras, precisas y actualizadas sobre la violencia machista en Cuba. Sin estos datos, argumentan diversas voces locales, es prácticamente imposible diseñar estrategias eficaces y políticas públicas adecuadas para frenar este grave problema.
A falta de cifras del Estado, iniciativas ciudadanas como Yo Sí Te Creo en Cuba y Alianza Cubana por la Inclusión han asumido la difícil tarea de documentar feminicidios de manera independiente. Según estas plataformas, solo en lo que va de 2024 ya se han confirmado al menos 24 feminicidios, lo que pone de relieve la dimensión alarmante del fenómeno y la urgencia de actuar.
La invisibilización de la violencia de género
Una de las consecuencias más preocupantes de esta opacidad oficial es la normalización e invisibilización de la violencia doméstica y de género. Al no existir cifras reconocidas por el propio gobierno, muchas víctimas quedan fuera del radar estatal, y los agresores no enfrentan una presión social o judicial real.
Además, esta falta de datos impide que organismos internacionales puedan hacer seguimiento sobre el cumplimiento de compromisos asumidos por Cuba en materia de derechos humanos y equidad de género. No en vano, el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL carece de estadísticas cubanas sobre feminicidios, lo que ubica a la Isla como una excepción en la región.
Una oportunidad perdida para el cambio
En los últimos años, varios países latinoamericanos han empezado a recoger y publicar estadísticas oficiales sobre feminicidios como parte de una estrategia de lucha integral contra la violencia de género. Desde México hasta Argentina, pasando por República Dominicana y Colombia, los datos han ayudado a diseñar leyes más efectivas y avanzar en políticas públicas con enfoque de género.
Cuba, sin embargo, va en la dirección contraria. La negativa a publicar información oficial no solo representa un retroceso, sino que también alimenta la desconfianza ciudadana y erosiona el papel del Estado como garante de los derechos de las mujeres.
La presión cívica puede marcar la diferencia
Pese a las limitaciones comunicacionales dentro de la Isla, los colectivos feministas cubanos han encontrado formas de crear redes de apoyo y concienciación. A través de redes sociales, plataformas digitales y colaboración con grupos del exilio, han logrado visibilizar casos, acompañar a familiares de víctimas y presionar a las autoridades.
El llamado de estas organizaciones es claro: se necesita voluntad política para enfrentar un problema que ya afecta a miles de familias cubanas. Sin datos, no hay verdad. Sin verdad, no hay justicia ni reparación.
Conclusión: una batalla que no se puede abandonar
La falta de estadísticas oficiales no debería ser el final del camino, sino el inicio de una lucha aún más fuerte por la transparencia, la equidad y el respeto a los derechos humanos en Cuba. Mientras el gobierno rechaza la publicación de los datos, la ciudadanía continúa exigiendo visibilidad, acción y un compromiso real con la erradicación de la violencia machista.
La vida de las mujeres cubanas no puede quedarse en la sombra. Con datos, con justicia y con solidaridad, otra Cuba es posible.
Pueden leer el artículo original en el siguiente link: https://diariodecuba.com/cuba/1744193464_60628.html
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articulo resumido con AI.
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