Apagones afectan hoteles, hospitales, bancos y tiendas en La Habana
La crisis energética impacta de lleno en sectores estratégicos de la capital
La situación energética en Cuba continúa deteriorándose, y los apagones ya no se limitan a las zonas residenciales. En los últimos días, servicios esenciales y sectores estratégicos de La Habana han comenzado a sufrir cortes eléctricos que afectan directamente el funcionamiento de la ciudad y, por ende, la vida diaria de sus ciudadanos.
Hoteles, hospitales, bancos, tiendas y oficinas públicas se han visto privados de electricidad durante varias horas al día, un fenómeno que refleja la profundización de la crisis energética en la isla. El descontento crece, y cada vez más cubanos dentro y fuera del país observan con preocupación este nuevo escenario.
El apagón toca la puerta de “la vitrina”
La Habana ha sido históricamente protegida de los apagones más largos que afectan al interior del país, considerada por muchos como “la vitrina del régimen”. Sin embargo, ni siquiera la capital ha logrado escapar de la severa escasez de combustible y la fragilidad del sistema electroenergético nacional.
Atendiendo a reportes en redes sociales y fuentes dentro de la ciudad, se han producido cortes eléctricos en lugares como Marianao, Plaza, Centro Habana, Boyeros y Arroyo Naranjo. Incluso zonas con fuerte actividad turística, como el Vedado y Miramar, experimentan afectaciones, muchas veces sin previo aviso.
Hospitales y centros médicos vulnerables
Quizás uno de los aspectos más alarmantes es que varios hospitales están siendo afectados por los apagones. Aunque cuenten con plantas eléctricas, estas no suelen cubrir todas las áreas críticas, y los recursos para mantenerlas operativas escasean. La falta de energía compromete desde los quirófanos hasta el almacenamiento de medicinas que requieren refrigeración.
Hoteles en crisis: turismo afectado
Uno de los pilares económicos del país, el turismo, también comienza a tambalear. Algunos hoteles han tenido que lidiar con cortes inesperados, afectando la experiencia de los pocos visitantes extranjeros que aún llegan a la Isla. La falta de electricidad pone en jaque la ya golpeada industria del turismo en Cuba, lo cual podría impactar negativamente los ingresos previstos por el Gobierno.
Comercios, bancos y el funcionamiento económico cotidiano
Los bancos han sufrido interrupciones en sus servicios, dificultando el acceso a operaciones básicas como transferencias, cobros o retiros. Tiendas en MLC y otros establecimientos comerciales también se ven obligados a cerrar durante los apagones, lo que frustra aún más a una población ya castigada por el desabastecimiento y la inflación.
El malestar crece en la población
A esto se suma el hartazgo de la población, que acumula años lidiando con apagones, inflación, y deterioro de los servicios públicos. Las redes sociales se han convertido en un canal de denuncia y desahogo, donde los ciudadanos reportan diariamente las afectaciones y la falta de respuesta del Gobierno.
En muchos casos, los propios trabajadores de instituciones públicas confirman que no hay suficientes plantas ni combustible para enfrentar esta situación. La incertidumbre reina, sin que desde las autoridades se den explicaciones claras ni soluciones concretas a corto plazo.
¿Qué se puede esperar en los próximos meses?
Con la entrada del verano, cuando el consumo eléctrico aumenta, muchos temen que los apagones se vuelvan aún más intensos y prolongados. Sin reformas estructurales y sin mejoras en la generación eléctrica, se pronostican meses difíciles, incluso en la capital.
Los apagones dejaron de ser una molestia esporádica para convertirse en una amenaza directa a la estabilidad social y económica del país. Mientras tanto, los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, observan con angustia cómo los servicios básicos se desmoronan bajo el peso de una crisis que parece no tener fin.
Servicios básicos en riesgo: ¿Es hora de repensar el sistema?
La afectación de hoteles, hospitales y bancos no es solo un problema técnico: es el reflejo de una grave crisis estructural que exige cambios profundos. El modelo actual no ha podido garantizar servicios estables, ni siquiera en sectores que deberían ser prioritarios.
- ¿Puede una economía avanzar sin energía constante?
- ¿Cuánto más puede aguantar la población?
- ¿Hay voluntad política para cambiar el rumbo?
Estas son las preguntas que cada vez más cubanos se hacen día tras día, mientras la oscuridad no solo apaga las luces de sus hogares, sino también la esperanza de una vida mejor.
Pueden leer el artículo original en el siguiente link: https://diariodecuba.com/cuba/1750848334_61732.html
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articulo resumido con AI.
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