Aumenta el racismo estructural contra presos políticos en Cuba

Una denuncia que sacude conciencias: el rostro racializado de la represión

La organización internacional Prisoners Defenders ha lanzado recientemente una contundente alerta sobre una preocupante tendencia dentro del sistema penitenciario cubano: el aumento del racismo estructural contra los presos políticos. Este fenómeno, que va más allá del simple prejuicio, se traduce en una discriminación sistemática basada en el color de piel dentro de un sistema de represión política ya de por sí hostil.

Según datos compartidos por la organización, un 45% de los presos políticos detenidos por causas relacionadas con el estallido social del 11 de julio de 2021 (11J) son personas negras o mestizas. Esta cifra es alarmante si se considera que, según estimaciones, estos grupos representan alrededor del 36% de la población general cubana. Las estadísticas reflejan una clara sobrerrepresentación racial entre los encarcelados por ejercer su derecho a expresarse.

Racismo estructural: más allá del color, un sistema de exclusión

El racismo estructural no es simplemente una actitud individual o un hecho aislado. Se trata de un conjunto de normas, políticas y prácticas institucionalizadas que colocan sistemáticamente en desventaja a ciertos grupos raciales. En este caso, Prisoners Defenders denuncia que las personas negras o mestizas sufren:

  • Mayor rigidez en las condenas impuestas
  • Malo tratos más frecuentes por parte de las autoridades penitenciarias
  • Acceso limitado a atención médica y defensoría eficiente
  • Condiciones infrahumanas y discriminatorias durante su encarcelamiento

A esto se suma la criminalización selectiva, donde la imagen de los detenidos negros es más fácilmente asociada a actos violentos o vandálicos, justificando así, desde la narrativa oficial, condenas más severas y trato indigno.

El 11J: el momento que marcó un antes y un después

El 11 de julio de 2021 marcó un hito sociopolítico en Cuba. Miles de ciudadanos salieron a las calles en diversas localidades del país exigiendo libertad, mejores condiciones de vida y fin a las restricciones impuestas por el gobierno. El resultado: una ola de arrestos masivos. Más de 1,000 personas fueron detenidas, muchas de ellas con procesos judiciales poco claros y sin garantías legales.

En este contexto, los presos políticos de origen afrodescendiente fueron claramente los más castigados. Esta nueva dimensión del castigo, donde el color de piel es un agravante tácito, pone al descubierto una realidad que muchos temían: el racismo sigue muy presente en las estructuras institucionales del país, en combinación con la represión política.

Prisoners Defenders exige acción internacional

Ante esta situación, Prisoners Defenders hace un llamado urgente a la comunidad internacional para que visibilice esta doble opresión, política y racial, que viven centenares de cubanos en las cárceles del país. La organización solicita que organismos multilaterales, gobiernos democráticos y entidades de derechos humanos presionen al régimen cubano para el respeto de los derechos fundamentales de todos sus ciudadanos, sin importar su color de piel o ideología política.

Además, han instado al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU y a la Relatoría Especial sobre Discriminación Racial a inspeccionar la situación de discriminación sistémica en prisiones cubanas.

El racismo en Cuba: una deuda histórica que persiste

A pesar del discurso oficial que promueve la igualdad racial, la realidad demuestra lo contrario. El racismo en Cuba tiene raíces profundas, perpetuadas por políticas que invisibilizan las desigualdades reales y que, además, reprimen los intentos de denunciarlo. Activistas antirracistas han sido estigmatizados y, en muchos casos, perseguidos por el simple hecho de exigir justicia y equidad.

La discriminación estructural no solo se manifiesta en las cárceles, sino también en el acceso al empleo, la vivienda, la educación y la participación política. Sin embargo, el entorno penitenciario es donde esta injusticia se radicaliza y deshumaniza aún más.

Una llamada a la conciencia nacional

Los cubanos, dentro y fuera de la isla, deben mirar esta realidad de frente. Es hora de romper el silencio, reconocer y enfrentar el racismo sistémico que sigue marcando la vida de tantos compatriotas. No puede haber justicia social ni verdadera libertad mientras un sector de la población siga sufriendo doblemente la marginación: por razones políticas y raciales.

Es un problema que afecta a todos, porque pone en entredicho los valores en los que muchos aún creen: dignidad, justicia y equidad para todo el pueblo cubano.

Puede leer el artículo original en el siguiente link: https://noticias.cubitanow.com/prisoners-defenders-alerta-sobre-el-aumento-del-racismo-estructural-entre-los-presos-polticos-en-cuba

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articulo resumido con AI.

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