Cuba: La policía decomisa café incluso en pequeñas cantidades

En Cuba, el café siempre ha sido un símbolo de resistencia y tradición. Sin embargo, en los últimos tiempos, las autoridades han intensificado los decomisos de este producto, incluso cuando se transporta en cantidades mínimas. Los ciudadanos que llevan apenas unas onzas de café en sus mochilas o bolsillos están siendo blanco de requisas policiales, en un clima de creciente escasez y control.

El café, un lujo bajo vigilancia

Para los cubanos, el café no es solo una bebida, sino una parte esencial de su día a día. A pesar de los intentos del gobierno de garantizar su distribución a través de la libreta de racionamiento, la realidad es que la calidad y disponibilidad del producto han disminuido drásticamente. Frente a esta situación, muchos recurren a alternativas: comprar café en el mercado negro o recibirlo desde el extranjero.

Pero ahora, incluso estas opciones se han convertido en un riesgo. En calles y terminales de transporte, la policía ha redoblado los controles y las requisas a ciudadanos que transportan café en pequeñas cantidades. La justificación oficial apunta a la lucha contra el “acaparamiento y la especulación”, pero para la mayoría de los cubanos, esta represión no es más que otra muestra del profundo deterioro económico del país.

Las requisas policiales y la indignación popular

Los testimonios de ciudadanos afectados no tardan en circular. En redes sociales y conversaciones cotidianas, los cubanos comparten experiencias de decomisos injustificados. Un joven habanero relató recientemente cómo perdió un pequeño envase con café que llevaba en su mochila tras ser detenido en un control de rutina. “Me dijeron que el café era un producto regulado y que no podía justificar su procedencia”, explicó indignado.

Esta situación se agrava con la falta de opciones para adquirir café de calidad. El poco que se vende en el mercado estatal suele estar adulterado con chícharo, una mezcla que ha generado quejas constantes por su sabor y baja calidad. Ante esta realidad, los cubanos encuentran en el mercado informal la única manera de acceder a café puro, pero ahora cargar con él representa un peligro.

¿Por qué el gobierno refuerza el control sobre el café?

La creciente represión contra el café y otros productos de consumo básico responde a la severa crisis económica que enfrenta Cuba. La falta de divisas, el desplome del turismo y las sanciones internacionales han llevado al gobierno a buscar medidas extremas para regular los escasos bienes disponibles.

Algunas razones detrás del aumento de los decomisos incluyen:

  • Control estatal sobre alimentos y productos esenciales: El Estado busca mantener el monopolio sobre la distribución de productos básicos, aunque su eficiencia en esto es cuestionable.
  • Freno al mercado informal: La venta de café en el mercado negro resta ingresos a las tiendas estatales en Moneda Libremente Convertible (MLC), donde pocos pueden comprar.
  • Descontento social creciente: La crisis ha generado malestar y el gobierno intenta mantener un control estricto sobre la población, limitando incluso el acceso a productos cotidianos.

Un panorama incierto para los cubanos

Mientras el acceso al café se convierte en un privilegio y no en un derecho, los cubanos ven con preocupación que cada vez el Estado amplía los productos bajo su control. El simple hecho de llevar unos gramos de café ahora puede significar problemas con la policía, lo que evidencia una represión que va más allá de lo económico y se convierte en un símbolo de la falta de libertades individuales.

Con la crisis lejos de resolverse, no es claro si estas medidas lograrán frenar el comercio informal o si, por el contrario, seguirán aumentando el descontento social. Lo que sí es evidente es que el gobierno ha encontrado en el café otro instrumento para ejercer control sobre la vida cotidiana de los ciudadanos.

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