Díaz-Canel visita Bielorrusia en busca de apoyo económico clave

En medio de una profunda crisis económica que asfixia a Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel ha viajado a Bielorrusia con el propósito de fortalecer vínculos políticos y buscar respaldo económico que ayude a mitigar el colapso financiero del país. Esta visita, que forma parte de una gira internacional más amplia por naciones aliadas, ocurre en un contexto marcado por el desabastecimiento, la inflación y la escasez crónica de insumos básicos en la isla.

Una alianza política con retórica antiestadounidense

Durante su estancia en Minsk, la capital de Bielorrusia, Díaz-Canel se reunió con el presidente Alexander Lukashenko, un aliado cercano del Kremlin y uno de los gobernantes más polémicos de Europa. Ambos mandatarios aprovecharon el encuentro para reforzar su posición conjunta frente a Estados Unidos y las sanciones occidentales que afectan a sus gobiernos.

En su discurso, Díaz-Canel agradeció el apoyo de Bielorrusia a Cuba en foros internacionales y ratificó la voluntad de ambos países de “construir un orden mundial más justo, alejado de las imposiciones unilaterales”. Esta narrativa de resistencia a las políticas estadounidenses ha sido un eje común en las relaciones entre La Habana y Minsk desde hace años, aunque hasta ahora los resultados prácticos en términos económicos han sido limitados.

Intercambios comerciales: ¿una oportunidad real para Cuba?

Uno de los focos centrales del viaje fue impulsar la cooperación en áreas estratégicas como la agroindustria, el transporte, la energía y la biotecnología. Según medios oficiales cubanos, existe la intención de ampliar proyectos conjuntos con empresas bielorrusas en sectores donde Cuba necesita urgentemente soluciones.

  • Producción agrícola: Con una agricultura nacional en crisis, Cuba busca nutrirse de tecnologías que Bielorrusia pueda ofrecer para mecanizar y mejorar sus rendimientos.
  • Infraestructura ferroviaria y automotriz: Bielorrusia tiene experiencia en transporte pesado, un sector que en Cuba enfrenta parálisis por la falta de piezas y equipos.
  • Suministro energético: Las constantes interrupciones eléctricas en Cuba aumentan la urgencia de diversificar fuentes y socios energéticos.

No obstante, hay dudas sobre la capacidad real de Minsk de ofrecer una ayuda significativa, dados sus propios problemas internos y la dependencia del régimen bielorruso del soporte económico ruso.

Un viaje con trasfondo diplomático y simbólico

Más allá de los posibles acuerdos económicos, esta visita es también un intento del gobierno cubano de proyectar una imagen de respaldo internacional en tiempos donde su legitimidad interna se encuentra cuestionada por la creciente inconformidad popular. Acorralado por apagones, precios desorbitados y falta de alimentos, el ciudadano cubano promedio observa con escepticismo este tipo de alianzas que rara vez alivian la crisis cotidiana.

Las muestras de afecto entre los gobiernos cubano y bielorruso, que incluyeron homenajes a líderes históricos y promesas de cooperación, no esconden la realidad: Cuba necesita con urgencia inversiones concretas y no solo gestos políticos.

¿Qué sigue para la relación Cuba–Bielorrusia?

Ambos países se comprometieron a crear condiciones “más activas y eficaces” para expandir sus nexos, aunque los detalles aún son vagos. Además, se anunció que los acuerdos firmados se irán materializando en las próximas semanas.

Sin embargo, los verdaderos beneficiarios de estos acercamientos suelen ser las estructuras estatales y no la ciudadanía. Mientras los líderes consolidan sus vínculos ideológicos, millones de cubanos esperan soluciones reales, que aún no llegan desde ninguna parte.

Una gira de supervivencia política

El paso de Díaz-Canel por Bielorrusia forma parte de una gira que también incluyó visitas a países como Rusia y Türkiye. Con cada parada, La Habana intenta mantener viva una red de apoyo que le permita resistir sin hacer grandes reformas estructurales en la isla.

Aun así, la realidad económica es cada vez más dura de ocultar. La población sufre las consecuencias de años de ineficiencia, bloqueo externo, y decisiones internas que han limitado el desarrollo. Por ello, muchos analistas opinan que sin cambios profundos en el modelo económico cubano, incluso la ayuda externa terminará siendo insuficiente.

En resumen, la visita de Díaz-Canel a Bielorrusia refuerza los lazos políticos entre dos gobiernos que comparten discursos, pero cuyos pueblos enfrentan profundas carencias. El apoyo prometido deberá traducirse en acciones concretas para que tenga algún impacto positivo en la vida cotidiana de los cubanos.

Puedes leer el artículo original en el siguiente link: https://diariodecuba.com/cuba/1750837445_61730.html

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