Zona de Mariel en Cuba se convierte en enclave clave ruso

Una nueva etapa estratégica en las relaciones Cuba-Rusia

La Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) ha tomado un nuevo impulso como enclave estratégico para la presencia rusa en el Caribe. Lo que inicialmente se pensó como un proyecto para atraer inversiones extranjeras variadas, se está transformando aceleradamente en una plataforma donde Rusia consolida su influencia económica y geopolítica en territorio cubano.

En un contexto de fuertes sanciones tanto para Cuba como para Rusia, las dos naciones están estrechando lazos y abriendo nuevas vías de colaboración. Esto se refleja en la presencia creciente de empresas rusas en el Mariel, así como en acuerdos estatales para la implementación de proyectos conjuntos en múltiples sectores.

El Mariel: de zona franca a enclave geopolítico

Ubicada al oeste de La Habana, la ZEDM fue inaugurada oficialmente en 2013 como una de las principales apuestas del régimen cubano para reactivar la economía, atraer inversión extranjera y generar empleo. Sin embargo, en una década no logró despegar como lo esperaban las autoridades.

Ahora, con Rusia como principal aliado, el Mariel parece estar cobrando una nueva relevancia. Según recientes declaraciones y movimientos gubernamentales, Moscú planea convertir ese espacio en una base logística y comercial desde la cual expandir su influencia en la región. Este interés surge en paralelo a la creciente tensión con Estados Unidos y sus aliados, y al aislamiento financiero que enfrentan ambas naciones.

¿Qué empresas rusas están presentes en el Mariel?

Tanto medios independientes como fuentes cercanas a la Zona Especial han revelado que varios proyectos rusos ya están operativos o en proceso de implementación, especialmente en sectores como transporte, agricultura, tecnologías de la información y energía. Algunas de las empresas involucradas incluyen:

  • Rosneft, en exploración energética y combustibles
  • Sistema, conglomerado tecnológico y de telecomunicaciones
  • Proyectos ligados al uso de rublos y facilitación de pagos bilaterales

El uso del rublo, en particular, está siendo promovido como medida para evadir el dólar y sortear sanciones internacionales. Esto permitiría a Rusia y Cuba mantener intercambios económicos sin pasar por el sistema financiero tradicional dominado por Occidente.

Un paso más hacia la dependencia

Si bien el gobierno cubano intenta presentar esta alianza como una forma de soberanía económica y resistencia al embargo estadounidense, muchos críticos advierten que se trata de una nueva forma de dependencia. La creciente influencia rusa podría reemplazar otras alternativas de inversión más diversas y transparentes.

Además, preocupa la falta de transparencia en los acuerdos bilaterales. No se conocen públicamente los términos de las concesiones a las empresas rusas, ni cómo será la participación cubana en los beneficios. Esto podría agravar aún más la falta de soberanía real sobre los recursos e infraestructuras del país.

Beneficios reales vs. impacto geopolítico

Desde el punto de vista económico, no es claro que la presencia rusa en el Mariel genere empleo masivo o beneficios tangibles para la población cubana. Los datos oficiales son incompletos y no se han presentado detalles sobre cuántos proyectos están activos, ni los ingresos que generan.

Por otro lado, el Mariel se convierte en una pieza clave dentro de la estrategia de Rusia para posicionarse cerca de Estados Unidos. Esto, a su vez, podría tener implicaciones en la política exterior de ambos bloques y colocar a Cuba, una vez más, en el centro de tensiones internacionales.

Un escenario con luces y sombras

El renovado interés ruso en Mariel representa una oportunidad ambivalente para Cuba. Por un lado, puede aliviar la presión económica y generar intercambio comercial en rublos; por otro, coloca al país en una posición complicada, exponiéndolo a conflictos ajenos y aumentando la influencia extranjera sobre decisiones internas.

En definitiva, el destino del Mariel dependerá no solo de las inversiones rusas, sino también de cómo el pueblo cubano, dentro y fuera de la Isla, participe e incida en el debate sobre qué modelo de desarrollo económico desea para su nación.

Puede leer el artículo original en el siguiente enlace: https://diariodecuba.com/cuba/1750759505_61715.html

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